Aprovechando la ausencia de su esposa e hijos que pasan un fin de semana en la playa, Don Luis se encuentra insistiéndole a la nueva y muy bonita sirvienta, que le abra la puerta de su dormitorio.
* Anda, María, abre la puerta que no te va a pasar nada malo. Sólo vamos a gozar mucho.
* ¡No, siñor, tese quieto!
* Mira, María, si abres te aumento el sueldo...
* ¿Y, luego quí li dicimos a la patrona?
* Pues nada, ella no tiene porque enterarse de nada.
* Ta bueno, patrón, pero pase por dibajo di la puerta su cirtificado de que no tienes SIDA.
Don Luis recuerda el chequeo médico que se acaba de practicar y le pasa hasta su acta de nacimiento, ante lo cual la sirvienta por fin cede y Don Luis se da el gustazo. Al rato ya calmado y disfrutando de un buen tabaco, le dice Don Luis a sirvienta:
* ¡Caramba, María, no sabes leer ni escribir, pero, que bien estas enterada de las cuestiones de salud!
* Si, patroncito, yo seré disnorante, muy disnorante, rete disnorante, pero esto del Sida ¡no me lo pegan dos veces!
14 abr 2009
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2 comentarios:
Hao estefania!
jijiji
te paxaz
zta mui vueno el xist
zpro ztez mui bn ah! y pzzzz tambin
dizfruta ls ultimoz diaz d vaccionez jeje
cuidat
hay nozz vemoz
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