29 abr 2011

Silueta negra

Suavemente, suavemente,
Silueta negra frente a mí, déjame caer.
Yo solo voy a decir, lo que quieres oír.

Te acercaras poco a poco,
Abrazaras el aire, abrazaras el agua,
Se irá con la Luna y, el Sol, calor frío te traerá.

Perfecta ilusión, escaso camino de unión,
Cuando caminemos juntos, linda silueta,
La felicidad se quedará en tu corazón,
Existiré en tu necesidad de todos los días.

Silueta negra, muéstrale a mis ojos tu mirada.
Silueta negra, muéstrale a mi corazón tu sonrisa.
Después de tenerte, después de tenerme,
Despídete, silueta, que esto se acaba.

Suavemente, suavemente,
Elévate un poco sin querer dejar el suelo.
Elévame, yo también quiero soñar.
Corta unas flores, tráeme sus pétalos, quiero jugar.

Adorna mi rostro, adorna mis vestidos,
Coloréame bella y hermosa, suelta los pétalos delicadamente,
Déjame en la cama, déjame morir sola.

Cierra tus ojos tras los míos,
Ya vivimos lo querido,
La apuesta hoy no existe,
Despídete, silueta, que esto se acabo.

18 mar 2011

Habitación

Una ocasión que estaba en casa de mi madre, viendo de reojo la ventana del vecino, pero la cortina no me dio oportunidad de ver más jah! Cuando inicio era porquería de palabras, ahora que lo termine... bueno, no es lo mejor que he hecho pero hace rato que no me inspiro con nada y debo aprovechar lo poco que sale. ¿He perdido mi creatividad? jaja

Invierno era la estación cuando llegue a un fraccionamiento a rentar. No era más bienvenido en la casa de mis padres, así que ahora dependía de mi mismo, con una edad exacta de 23 años ya era muy capaz de cuidarme solo.
La casa era cálida, a pesar del complicado clima, la casilla era la planta alta de un par, una abajo y otra arriba y así repetidamente con las otras casas, tenía un estacionamiento suficiente para dos autos, la planta baja gozaba de patio trasero, en mi caso no. Cuando la visite por primera vez para juzgar sus atributos y defectos no asome mis observaciones tanto tiempo fuera de las ventanas, fue a causa de que tenían una ligera vista a un horizonte de cielo azul y árboles obstruidos por las otras casas y sus patios traseros.
Al mudarme esas observaciones se hicieron constantes, en total eran cinco ventanas, tres tenían la vista hacia la calle principal y las otras dos, pertenecientes a las habitaciones, creo que era mucha casa para mi, daban panorama a los interiores de algunas casas, una al patio de un vecino y la otra a las ventanas cubiertas por cortinas, algo que hasta el momento parece nada interesante.
Una mañana de terco frío eché un vistazo fuera de la ventana de mi habitación; ahí, no muy lejos de mi edificio y unos centímetros más abajo que mi cuarto, tenía perfecta visión a la habitación de una hermosa niña de tal vez unos diez y siete años, llegaba a ver la cama cubierta por una colcha color rosa pastel de cuadros blancos. Ese día, si no mal recuerdo, fue un domingo, ella estaba acostada con un libro en manos, vestía una blusa azul, unos guantes negros que le cubrían hasta la mitad de sus delgados dedos, una piel blanca semejante a la porcelana, sus cabellos negros y desordenados por la almohada, sus ojos dormilones sin presumir maquillaje, quietos en la lectura nunca se percataron de mi instancia.
De pronto dejo caer el libro y cerrando por completo los ojos resultó dormida, no pude dejar de ver la escena y una hora perdido en el ocio de su quietud me quede, no hubo quien nos interrumpiera en la tranquilidad de nuestra inutilidad, ella inmóvil en sus aposentos, sin dejar la respiración atrás y su imagen apacible, ella… ¿cómo podría llamar a esa chiquilla? necesito un nombre para dirigirme a ella, pues ella no es “nadie”. Lidia como la región, en realidad fue lo primero que se me ocurrió. Lidia, mi niña, de quien ya me he enamorado sin tener la oportunidad de hablar con ella.
Después de esa hora, me retiré para salir a la calle, observé su casa detalladamente, camine lejos, cada vez más lejos. De regreso en la noche, las cortinas en sus ventanas ya tapaban la vista hacia dentro de la habitación, las luces encendidas y una sombra dispersa moviéndose de un lado a otro, Lidia debía estar preparándose para descansar.
Lidia resultó ser una mujercita de gustos excéntricos, su verdadero nombre es tan hermoso como ella misma, pero se ha acostumbrado tanto al que yo le puse que no quiere que deje de llamarla así. Tan inevitable fue nuestro encuentro como ahora inevitable es nuestra historia, y al momento mismo de conocerla supe que no sería amargo el destino, si no dulce como la suerte.

6 mar 2011

Loca

No recuerdo cuando escribí este... fragmento, tampoco lo considero algo bueno para publicar, pero aun así: Aquí esta! Jaja

Fue mi loca imaginación la que me hizo sentirte tan cerca de mi. El cuerpo dormitaba y simplemente apareciste a mi lado, con los ojos cerrados te pedí que no desaparecieras, quise tocarte y te desvaneciste en el intento de quedarte.
El sentimiento sigue siendo el mismo... ¿sigue siendo el mismo?
Emociones perdidas no quitan el amor que siempre te he tenido.
Quiero, ansió descubrirte.
Quiero, deseo sentirte.
Quiero y más quiero verte.
Quiero y más quiero el calor o el frío de tu piel.
Quiero y más quiero el sonido de tus pasos, de tu respiración, tu corazón y tu voz.
Quiero y más quiero...
Quiero y más quiero.
¿Qué quieres tu?

12 feb 2011

Ofuscación




















Me soñaba cálida y despreocupada, caminando por las calles del mismo pueblo en el que vivo, vestía un pantalón deportivo color azul marino, una playera de mangas largas color negra con dibujos al frente… no recuerdo cuales y unos tenis blanco con gris; regresaba a casa y como de mi costumbre tome un atajo, no era precisamente la calle que siempre acostumbro, esta era aun más ancha, con la capacidad de que cuatro autos pasaran por ella al mismo tiempo; pero al momento en que seguía mi camino, la calle se hacía cada vez más estrecha hasta que solo pude andar yo sola.
El suelo en todo el recorrido seguía siendo de piedras y rocas, pero en ese punto había un gran desnivel, tenía que cuidar bien de mi equilibrio, las paredes mal hechas de cemento, ladrillos o tabiques eran mi único sostén y ayuda; nada más me preocupaba que llegar a casa, hasta el momento en que escuche un frágil toque detrás de la pared a mi derecha, me quede inerte, esperando escuchar algún otro sonido, aun con las manos pegadas a ambas paredes para sostenerme; pasaron diez segundos y volvió a suceder esta vez un poco más fuerte.
-¿Hola? –pregunte tontamente-.
Nadie respondió, me creí una entrometida y seguí caminando con mis manos rozando en las paredes, pero un estruendoso “¡No!” me detuvo nuevamente, aquella voz no había sonado nada normal, no parecía la de un hombre o una mujer, aunque se asemejaba un poco con la de un niño… o niña. Me volví al punto donde se había escuchado, con un poco de dificultad por que el suelo ahora se movía con tranquila violencia. Coloque ambas palmas en la pared y preocupada cuestioné:
-¿Hola? ¿Estás bien? –Otra vez no hubo respuesta-.
Quede otro momento esperando, esta vez, algo sentí en las manos, una vibración, un objeto golpeándose contra la pared desde el otro lado, se me ocurrió que podría ser ese niño o alguien azotando su cabeza.
-¡Basta!
Se detuvieron los golpes, estaba tan asustada, no podía moverme, algo pasaba detrás de esa pared, no sabía qué hacer. Escuche los gemidos endebles de una persona como si se quedara sin aire esta vez no dije nada, escuché, pero el sonido se hacía cada vez más flojo; de un momento a otro pegue mi oído a la pared, no se escuchaba nada. Después de unos segundos un ensordecedor impacto me aparto de inmediato, aunque no pude retroceder muchos pasos ya que otra pared estaba a mis espaldas, mis ojos temblaban tratando de desviarse del punto al que yo no podía dejar de ver: La pared, de un rojo o naranja descolorido.
Mi respiración se aceleró, mis manos, con trauma, buscaron refugio en la otra pared, mis pies se deslizaban continuamente, ahora las rocas eran tierra húmeda y resbalosa; pero la pared no se mantuvo quieta, un segundo impacto casi la destroza, algo quería salir y no esperaría a ver que era. Comencé a moverme torpemente tratando de no acercarme al muro, de repente la suerte vino en mi ayuda y el piso se volvió de tierra pero estable, corrí a todo lo que pude y a unos cuantos pasos detrás de mi escuche los rayones de uñas o garras siguiéndome.
-¡Déjame en paz! –solté irritada-.
-¡Quédate! –La voz combinada de un niño y una mujer, tal vez-.
El camino volvía a ensancharse, ya estaba la salida de esa calle a unos metros de mi, pero aquello no se rendía, sin voltear adiviné, por un ruido de rocas siendo destrozadas, que algo enorme había salido al fin detrás de esa pared, mis piernas se cansaban, estaba agotada pero aun así no dejaba de correr, noté que mi entorno se volvía oscuro, fuera lo que fuera me estaba alcanzando, me tenía justo donde quería.
-¡No!
Era tarde, ya era tarde… pero hubo una gran luz aproximándose, me tomo de la mano, solo pude ver su brazo, me elevo…
Y me perdí de nuevo en otro sueño.

11 ene 2011

En un sueño... la tormenta pasa rapido.

Tal vez este no sea el sueño más extraño que he tenido. Pero de algún modo… me parece especial, no sé porqué.
Iba llegando a una escuela, sabía que era mi escuela, pero no se parecía a lo que veo todos los días entre semana. Esta escuela tenía una entrada de grandes portezuelas de madera que se abrían y cerraban mecánicamente; entrando mi entorno se visualizaba con sillas enfiladas y sujetas al suelo, era un área de espera como las que hay en las estaciones de camiones o en los aeropuertos; muchas personas caminando a todos lados, unos sentados, otros parados… pasando esa sala adivine que la construcción era un cuadrado cerrado de puras aulas, planta baja y planta arriba, al otro lado estaban las escaleras para ir al segundo piso, así que cruce el patio social donde escasamente había un par de bancas desocupadas, subí las escaleras, recuerdo que el color más predominante era el blanco, di vuelta a la derecha y justo llegue a mi salón donde solo aguardaban dos jóvenes posados en el barandal color negro o rojo que, en mi vida real, uno es de mi salón pero no le hablo y el otro es de otro grupo y aunque fue mi “amigo” en la primaria, ahora ya no nos hablamos. Distraída entre pensamientos que ya no recuerdo estuve a punto de entrar al cuarto lleno de butacas que creí vacio pero justo giraba la cerradura, mire por la ventana y me di cuenta de que el salón estaba lleno de alumnos que a mi parecer eran niños de primaria, la maestra mi miro con desaire desde su escritorio, deje la puerta y me aparte rápidamente tratando de evitar un sonrojo porque los niño ya se burlaban de mi con risitas descaradas.
A mis espaldas escuche la voz de uno de los compañeros que miraban la escena sin diversión, me decía:
- ¿Ahora ya no vas a saludar?
Me dirigí a ellos con una sonrisa y los salude con un beso en la mejilla… o más bien un beso de mejilla con mejilla. Hice una aburrida conversación con ellos mientras esperábamos que llegaran los demás compañeros de clase. Llegaron mis amigos, un grupito de tres conformado por mi mejor amiga de la escuela; mi primo, que de hecho no estudiamos juntos y otra persona que no recuerdo de quien se trataba.
Los niños de primaria, convertidos en adolescentes fanfarrones, comenzaron a salir del aula y nosotros pudimos entrar. Mi mochila estaba en una de las butacas de atrás, que sin sorpresa me acerque a ella, extraje mi celular y lo revise; había recibido un mensaje y justo cuando quería revisarlo un profesor llego.
Después de un ratillo de clases salimos a un receso, mis amigos y yo subimos por otras escaleras que nos llevaban a un cuarto lleno de ventanales grandes, pero curiosamente la habitación era muy oscura, allí quise ver el mensaje que de hecho era un video y tenía que escucharlo, pero el cuartito se empezó a llenar de alumnos que resulto la mayoría de mi salón y comenzaron a hacer mucho ruido, haciendo imposible escuchar el video.
Pude ver imágenes de casas, niños jugando con una pelota, adolescentes saludando y diciendo o más bien gritando cosas pero con rostros llenos de vida y felicidad, al final el rostro de un chavo que conozco diciendo algo, me pegaba en ocasiones el teléfono al oído pero cortadamente solo podía escuchar frases cortas como: Te quiero… Te necesito… ¡no sabes! Eres una chava que cambio todo mi mundo…
Mis amigos me quitaron el celular antes de poder terminar de verlo y lo vieron ellos, no me importo, estaba tan contenta que incluso soporte sus comentarios vergonzosos. Les dije que no había podido terminar de verlo, así que mi amiga me tomo de brazo y salimos por una puerta que antes no había visto… el ruido desapareció, reproduje el video, esta vez era una canción rítmica que solo repetía:
Me gusta tu sonrisa, me encanta tu sonrisa.
Me gusta mucho tu sonrisa, adoro tu sonrisa.
Acabando la canción un maestro llegó, había butacas por todas partes y todos comenzaron a tomar asiento en pleno tejado, con mucho aire soplando y sin cuestionar por tal cambio, tome asiento hasta adelante donde, de hecho, solo había un par de sillas de madera y un barandal de piedra con plancha rectangular. Mi primo se sentó a mi lado izquierdo, mientras colocaba mis cosas en la “mesa” quise volver a ver el mensaje, pero esta vez el viento envió mi curiosidad hacia el horizonte que tenia frente a mis ojos… era un paisaje extraño, recuerdo que todo se veía pequeño… el edificio de 2 pisos resulto ser un rascacielos, a mi derecha todo tenía una fachada de pueblo, casas pequeñas, muchos árboles, caminos de tierra y a mi izquierda era una ciudad en construcción, edificios altos y sin terminar, muy pocas casas y ningún colorsito verde asomándose… pero todo ese paisaje rodeado por verdes cerros. El viento enloquecía mis hojas que iban de una página a otra, mis cabellos parecían que querían liberarse de mi cabeza y perderse con tanta fuerza, los arboles casi doblándose allá abajo. Empezaron a sonar truenos, el cielo se oscureció más y más y nubes negras, llenas de tierra y solidas con un aspecto de espuma de cascada se golpeaban contra nuestras caras y pertenencias. Gritos y mucho escándalo entorpecieron mis movimientos al tratar de guardar mis libretas. Mire hacia abajo y las nubes ya cubrían ese pueblo-ciudad, como si el edificio fuera tan alto para estar sobre las nubes, pero ni ese edificio magnifico nos pudo salvar de una enorme nube negra que se aproximaba rápidamente con una feroz lluvia, tape mi cabeza con una chamarra que no sé de donde saque, sentí los afilados golpes de las gotas.
Todos gritábamos de miedo y dolor, apreté tanto mi celular como si temiera que la lluvia se lo llevara, pero tan rápido como llego se fue… me descubrí la cabeza y mire hacia abajo, el Sol había salido, iluminando y volviendo radiante a ese pueblo-ciudad, calentando nuestros húmedos cuerpos; el viento ya no soplaba más.
Tranquilizándonos, todos comentaban lo sucedido… y la hora de ir a casa, había llegado, todos entraron al cuarto con ventanales y próximamente bajaron las escaleras, mi amiga y yo nos quedamos contemplando a la muchedumbre; suspire.
- ¿Qué tienes? –pregunto ella-.
- No pude ver bien el mensaje… y esto ya se acabo… no podre verlo nunca más.
- Jajaja tonta, pero si lo tienes en tu celular.
- No… esto no parece real. Creo que es un sueño… si, debe serlo, él no me enviaría un mensaje así en la realidad…
Después de esas palabras no recuerdo que paso después…

28 dic 2010

Me intrigan tus pensamientos

Una cochinadita que un día sin pensarlo mucho, escribí... para un niño que en ese entonces me gustaba.
26 de Febrero de 2010, 11:00 p.m.

Te miro de lejos,
Me intrigan tus pensamientos...
Sólo quiero acercarme un poco más a ti
Pero cuando estoy a tu lado
No haces más que ignorarme.

Es una triste agonía,
Me das una muerte lenta,
Acabas con mis ilusiones
Y mis alegrías en un instante.

Cuanto quisiera tener el valor suficiente
Para verte a la cara y decirte lo que siento por ti.
Estas son mis palabras, palabras para ti...

Esos ojos tuyos que se dirigen hacia mí
Cuando estoy lejos, pero cuando estoy cerca
Ni por equivocación se topan con los míos.
No quiero sufrir, pero me gustas y no puedo evitarlo.
Y esta otra que igual se me ocurrio esa misma noche, una pequeña frase:

Sólo quiero mirar el cielo de otra forma, tocar el agua y sentirla más fresca y libiana, caminar por el campo
saboreando el olor de la hierba, beber un jugo de naranja y que este me sepa a gloria, seria una vida perfecta,
seria una vida contigo, sentir que esas cosas que me hacen feliz, me hicieran sentir genial, hermosa, paciva,
perfecta.